Escogiendo la grandeza

¿Cuáles son tus metas en la vida? Las reales, esas que te hacen suspirar y soñar despierto; esas que resuenan en ti y te hacen brillar; esas que incluso, no le has contado a nadie por temor a que no se vuelvan realidad… ¿Cuáles son esas metas que revelan tu aire de grandeza?

En la actualidad, con el ajetreo de la vida moderna y los altos estándares que cumplir de la sociedad, la mayoría de las personas se ven frustradas al tener que elegir algo distinto a sus metas; ya sea por la necesidad de cumplir lo previamente establecido o, por el simple hecho de tener que llevar el pan a la mesa, haciendo que cada día vean mayor distancia entre donde están y al lugar al que quieren llegar. Esto los lleva a darse por vencidos o bien, a realizar “ajustes” en las metas previamente establecidas por unas “más realistas”, lo que los lleva, indudablemente, a un sentimiento de fracaso, insatisfacción, culpabilidad, entre otras y, a estarse auto-convenciendo de que las nuevas metas los hacen sentirse bien, cuando en la realidad, no solo no están desarrollando su potencial, sino que además, están conformándose con la mediocridad de lo que en apariencia, es bueno.

Lo bueno es enemigo de lo sobresaliente, es una de las mejores expresiones de Jim Collins y, no podría estar más de acuerdo. La mayoría se conforma con lo que en apariencia es bueno, olvidándose de la grandeza (la cual, por cierto, ya está dentro de cada uno de nosotros), sin darse cuenta de que lo bueno es pariente de la mediocridad.

Pero, ¿por qué aspirar a la grandeza o a lo sobresaliente si lo bueno es suficiente? Lo bueno tiene “apariencia” de éxito. ¿Para qué aspirar a más? Se me ocurren 3 excelentes razones:

1. Nuestro corazón siempre aspira a la grandeza. Al conformarnos con lo bueno estamos enterrando aquello que es lo que realmente anhelamos. En el libro de La familia que alcanzó a Cristo, San Bernardo de Claraval dice lo siguiente, Cualquier cosa que no sea mediocre es exagerada. No estamos hechos para la mediocridad, estamos hechos para la GRANDEZA. Si lo que hacemos no es exagerado, entonces es mediocre por definición. Y mientras estés en el pantano de la mediocridad, nunca habrás de sentirte pleno. Te lo puedo firmar.

2. El conformarnos con lo bueno genera, a la larga, frustración. Al final de la vida, lo que la mayoría de las personas lamentan, es no haber aprovechado su vida al máximo. Vida solo hay una y el tiempo está corriendo.

3. El mundo se transforma con la huella de los grandes, no con el paso imperceptible de los mediocres. El mundo necesita personas que estén dispuestas a dar lo mejor de sí por alcanzar sus sueños. El mundo necesita de los “locos” que creen que todo es posible. ¿Cuándo has escuchado algo semejante a «La mediocridad de esa persona cambió el mundo» o «El conformismo de aquella persona transformó mi vida?» ¡Nunca! El mundo es impactado por aquellos que van más allá de lo que es bueno. La historia gira entorno a aquellos que aspiran y persiguen la grandeza.

¿Por qué no tirarle a lo más alto de la montaña y alcanzar la grandeza que ya existe en ti y que resuena en tu pecho? Levanta tu mirada a la gran montaña que deseas escalar. No te quedes en el cómodo valle de lo bueno. Sube y ve hacia la cima, porque ahí es donde tu corazón se encuentra. La recompensa se encuentra en lo alto.

Mike Brambila es consultor de negocios y coach certificado por The John Maxwell Team. Su objetivo es ayudarte a definir tus metas y a diseñar estrategias para alcanzarlas; ha trabajado con empresarios en distintas partes de México. Reside en Monterrey, Nuevo León.

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